Mito Baucis y Filemón

En la mitología griega aparece la historia de Baucis y Filemon, un matrimonio que vivía en la ciudad de Tania (Capadocia). Un buen día, los dioses Zeus y Hermes decidieron disfrazarse de mendigos y llegaron a la ciudad pidiendo que los acogieran en una casa. Tras la negativa del resto de la ciudad, solo Baucis y Filemon decidieron acogerlos en su humilde cabaña. Les dieron de comer y de beber e incluso quisieron matar su único ganso para alimentarlos. En ese momento los dioses les dijeron que no era necesario tal sacrificio. Como habían sido los únicos que los habían atendido les concedieron un deseo. Baucis y Filemon pidieron estar unidos para siempre. Murieron el mismo día. Tras su muerte Zeus los convirtió en dos árboles que crecen uno inclinado hacia el otro

valores

Lo más importante que tengo en mi vida son mis valores... 
Viendo lo que veo a diario... gente que decide siempre coger el camino fácil, no el de  los valores de siempre... honestidad, fidelidad, permanencia, hacer las cosas por otros... y no por uno mismo... 
Mi reflexion final es que agradezco a mis padres haberme dado lo más importante: valores. 
Dormir todos los.dias sabiendo que has hecho lo que has creído correcto. Siempre pensando en otros , no en ti... no tiene precio.
No necesito nada más en la vida... pues estoy segura. Que al final de mi vida. Diré... lo hice todo con un sentido, por un motivo, que iba más allá de mi. 
No hay mayor premio que saber que estaré en paz.  

Creer

Lo mas importante para poder seguir en este trabajo es creer. Creer en el cambio, en la autorrealización, en que el camino se hace aunque sea poco a poco. Creer en la gente. Porque aunque muchas veces nos toca estar al lado de mucho sufrimiento y soledad, tenemos la oportunidad de ver la evolución que vive una persona que se sentía tirada a un lado de la calle y ahora anda codo a codo con otros.
Y cuando ves esa maravilla solo puedes creer.
Porque el ser humano es complejo, contradictorio pero un milagro también. Y es capaz de dar destellos de ese ser que podría llegar a ser con trabajo y constancia. Ese es nuestro trabajo, ayudar a levantarse al que esta tirado y acompañar en el camino al que va caminando, pero dejando siempre que sean ellos los que tomen su vida en peso.

Ejemplo de vida

Los y las profesionales que trabajamos con personas, acompañando, formando, orientando tenemos que tener claro que nuestros esfuerzos se pueden ver frustrados por nuestro propio comportamiento. Si estamos acompañando a personas y queremos transmitirle calma y autocontrol, nunca les llegará el mensaje si con nuestro ejemplo comprueba que no lo llevamos a cabo  en nuestra propia vida. Acompañar a otros es una constante confrontación conmigo mism@; ¿ qué valores quiero vivir? ¿Me estoy creyendo realmente lo que quiero transmitirle a esta persona? .
 
A veces somos como faros pero si la luz del faro falla, su utilidad pierde sentido.
Por eso, igual que le pasa a los padres cuando dicen a su hijo "no grites" pero se lo dicen gritando y fuera ya de sí. No es la mejor manera de resolver esta situación. Pues "lo que eres me distrae de lo que dices" y esto es así. El niño aprenderá lo que ve y no lo que oye. Y quizás no entendamos que el ejemplo se lo estamos dando nosotros mismos.
 
Pues eso mismo nos pasa a l@s profesionales que trabajamos con personas, necesitamos constantemente un feedback, un reciclaje, un mirarme y saber cual es el sentido de todo lo que hago y vivo. Acompañarnos a nosotros mismos, confiar en nuestros equipos y nuestros compañeros que nos ayuden a volver a retomar los caminos cuando estamos cansados o quemados. Porque no nos engañemos, este trabajo agota, cansa el alma, porque trabajamos acompañando situaciones, sentimientos de tragedia y soledad, de falta de confianza y eso nos arrastra si no tenemos cuidado.
Por ello, trabajemos en nuestros equipos por recuperar la paz interior necesaria para acompañar desde una página en blanco que vamos construyendo y dibujando con la persona que acompañamos. Sin tener la mochila llena de frustraciones y desconfianza. Ese es nuestro reto. ¡Vamos a por él!

Comprometerse con un@ mism@

Lo que la mayoría de las personas no entienden es que el principal compromiso que podemos adquirir es con nosotr@s mism@s . Porque ese estado, esa necesidad de sentir que las cosas van bien, que tengo momentos de plenitud y paz sólo van acompañados de comprometerme con mis propias inquietudes, con mis valores, con mi manera de sentir y vivir la vida.
Sólo así podré disfrutar de verdaderos momentos de plenitud.
 
La vida podrá presentarme momentos difíciles, podré tropezar con mil obstáculos, pero si me aferro a mí mism@, en el fondo encontraré el camino para volver a disfrutar de todo lo que me queda por vivir.
 
Pero este compromiso no es fácil. Significa a veces ir contra corriente, ser diferente, opinar...
hoy en día parece que es más fácil seguir las modas que a tu propio sentido común.
Por eso cada cierto tiempo es bueno pararse y reflexionar. Ver si estoy llevando bien el timón de mi vida. Si tengo que cambiar de dirección o seguir hacia adelante.
Hay momentos en la vida en que pasamos por transiciones que nos hacen plantearnos si vamos por el sendero que teníamos planeado llevar.
Si en nuestras ilusiones teníamos metas demasiado irreales nos hundiremos pensando que no estamos cumpliendo con nuestros sueños, pero si nos planteamos metas reales y abarcables, y trabajamos de verdad en ellas puede que podamos ir cumpliendo nuestros propios compromisos.
En el fondo, somos nosotr@s mism@s los que decidimos quien queremos ser y cuando voy a comprometerme a serlo.

Tomar decisiones

Me gustaría hablaros hoy  del paso más importante que hay que dar para poder realmente hacer un cambio en tu vida.
Decidir.
Mucha gente viene a terapia con la sensación de estar insatisfecho, sin saber exactamente qué le produce este sentimiento. Muchos de ellos dicen además que tienen motivos para ser felices pero esa sensación de insatisfacción no les abandona.
Cuando hablas un poco con ellos, la conversación nos lleva irremediablemente a sueños e ilusiones a los que han tenido que renunciar o que todavía no se han decidido a cumplir. Y aunque están satisfechos con sus vidas; ese hueco, ese sueño le produce un enorme vacío.
Por eso, Nuestro siguiente paso es decidir: decidir si quiero lograr mis sueños, decidir si son realistas, decidir si quiero arriesgarme a intentarlo.
Cada vez que nos ponemos en camino hacia un sueño, parte de ese sueño es ya una realidad. Parte de mí disfruta ya de  la sensación de que lo conseguiré. Parte de mí sabe que me quedaré con la satisfacción de por lo menos intentarlo de verdad.
Y es esta decisión la que moviliza una enorme cantidad de sentimientos positivos que me ayudan a vivir día a día con ilusión.
Porque cuando adquirimos el hábito de afrontar cada día nuevos retos, de tomar decisiones y no posponerlas, nuestra vida fluye y vemos cómo crecen poco a poco nuestros proyectos personales.
Eso, amigos míos, es la felicidad. 

Permanecer

Hoy mi reflexión no tiene nada que ver con mi profesión. Hoy quiero reflexionar sobre el mundo, los sentimientos, la sociedad.
Llevo días en un estado de reflexión constante, debido a los últimos acontecimientos. Y no me refiero sólo a París. Me refiero también al Líbano que ha sufrido un atentado en estos días del que no habla casi nadie. Me refiero a esos países en guerra desde hace años... esos países de los que no se habla tanto en los medios de comunicación ni en las redes sociales.
Hay tantas cosas que ignoramos pues no nos toca directamente...
 
He escuchado multitud de opiniones estos días, muchas de ellas versaban en torno a lo que los gobiernos deberían hacer, o lo que en Siria se debería hacer; siempre lo que OTROS deberían hacer...
Pero no escucho reflexiones en torno a lo que YO podría hacer. Porque nos libera de responsabilidades el pensar que la solución no está en mi mano. Pero sí lo está.
 
Está en mi mano vivir la vida intentando fomentar el amor y no el odio. Está en mi mano demostrarlo día a día: en mi casa, con las personas que tengo cercanas, resolviendo los conflictos y no fomentándolos.
Está en mi mano permanecer. Acompañar a la gente en su camino y hacer a la vez el mío teniendo en cuenta los valores que me gustaría ver en la sociedad. Porque la sociedad empieza en un@ mism@.
Si yo no vivo lo que exijo, ¿Qué estoy haciendo? Castillos en el aire.
 
Permanecer, si. Porque hoy en día las cosas son efímeras, y hasta las personas...
Hay que permanecer al lado de las personas, transmitiendo con tu vida lo que predicas con tu boca.
Así es como el otro cambia. Cuando ve que hay alguien que le acompaña de verdad, que estará ahí para darle animo pero también para ponerle limites, para decirle cuándo se equivoca, o simplemente para estar, en silencio pero estar. PERMANECER.
 
Dejemos de exigirle al OTRO, al gobierno... al mundo, que cambie. Y cambiemos nosotros. Pues cuando se vive el amor, la alegría, la esperanza día a día, en tu vida. Eso se transmite, se contagia y cada vez mas personas vivirán en esa clave.