Ejemplo de vida

Los y las profesionales que trabajamos con personas, acompañando, formando, orientando tenemos que tener claro que nuestros esfuerzos se pueden ver frustrados por nuestro propio comportamiento. Si estamos acompañando a personas y queremos transmitirle calma y autocontrol, nunca les llegará el mensaje si con nuestro ejemplo comprueba que no lo llevamos a cabo  en nuestra propia vida. Acompañar a otros es una constante confrontación conmigo mism@; ¿ qué valores quiero vivir? ¿Me estoy creyendo realmente lo que quiero transmitirle a esta persona? .
 
A veces somos como faros pero si la luz del faro falla, su utilidad pierde sentido.
Por eso, igual que le pasa a los padres cuando dicen a su hijo "no grites" pero se lo dicen gritando y fuera ya de sí. No es la mejor manera de resolver esta situación. Pues "lo que eres me distrae de lo que dices" y esto es así. El niño aprenderá lo que ve y no lo que oye. Y quizás no entendamos que el ejemplo se lo estamos dando nosotros mismos.
 
Pues eso mismo nos pasa a l@s profesionales que trabajamos con personas, necesitamos constantemente un feedback, un reciclaje, un mirarme y saber cual es el sentido de todo lo que hago y vivo. Acompañarnos a nosotros mismos, confiar en nuestros equipos y nuestros compañeros que nos ayuden a volver a retomar los caminos cuando estamos cansados o quemados. Porque no nos engañemos, este trabajo agota, cansa el alma, porque trabajamos acompañando situaciones, sentimientos de tragedia y soledad, de falta de confianza y eso nos arrastra si no tenemos cuidado.
Por ello, trabajemos en nuestros equipos por recuperar la paz interior necesaria para acompañar desde una página en blanco que vamos construyendo y dibujando con la persona que acompañamos. Sin tener la mochila llena de frustraciones y desconfianza. Ese es nuestro reto. ¡Vamos a por él!

No hay comentarios:

Publicar un comentario