Me gustaría hablaros hoy del paso más importante que hay que dar para poder realmente hacer un cambio en tu vida.
Decidir.
Mucha gente viene a terapia con la sensación de estar insatisfecho, sin saber exactamente qué le produce este sentimiento. Muchos de ellos dicen además que tienen motivos para ser felices pero esa sensación de insatisfacción no les abandona.
Cuando hablas un poco con ellos, la conversación nos lleva irremediablemente a sueños e ilusiones a los que han tenido que renunciar o que todavía no se han decidido a cumplir. Y aunque están satisfechos con sus vidas; ese hueco, ese sueño le produce un enorme vacío.
Por eso, Nuestro siguiente paso es decidir: decidir si quiero lograr mis sueños, decidir si son realistas, decidir si quiero arriesgarme a intentarlo.
Cada vez que nos ponemos en camino hacia un sueño, parte de ese sueño es ya una realidad. Parte de mí disfruta ya de la sensación de que lo conseguiré. Parte de mí sabe que me quedaré con la satisfacción de por lo menos intentarlo de verdad.
Y es esta decisión la que moviliza una enorme cantidad de sentimientos positivos que me ayudan a vivir día a día con ilusión.
Porque cuando adquirimos el hábito de afrontar cada día nuevos retos, de tomar decisiones y no posponerlas, nuestra vida fluye y vemos cómo crecen poco a poco nuestros proyectos personales.
Eso, amigos míos, es la felicidad.
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